INGENIERO: EDWIN PINEDA CARRASCO.

Es una tragedia en el ámbito político-social lo que está pasando en los países como Libia, Túnez, Siria, entre otros; soñaron una democracia y el fin de la impunidad; tal finalidad en sí no es mala, pero si sabes a fondo quienes llevan a cabo estas movilizaciones, ya que en la mayoría de los casos son motivadas por intereses particulares, que normalmente afectan negativamente el interés general del país.
Cuando las masas se manifiestan y hacen un reclamo social violentando las instituciones que ellos mismo eligieron, caen en desgracia, y vienen a ser usadas por los líderes que se creen libertadores. Muchas veces, estos son inducidos intereses de fuerzas extranjeras. No medir, no cuantificar las consecuencias de las movilizaciones, es quitar la paz a miles y miles de personas, que para bien o mal, viven mejor con la opresión elegida por ellos mismos, que con las consecuencias que les genera esta ebullición en algunos casos inoperante.
La imaginación del lector podrá interpretar lo que considere, pero dejaré mi posición clara. Mi mayor propósito y afinidad está evocado en el bienestar de la sociedad, dígase las personas. Ya que ver escandalizada, movilizada una sociedad, donde emigran los hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianas por los resultados de las revueltas, es muy triste. Mirar el mediterráneo que no resiste más muertes en sus aguas.
Los pueblos deben luchar desde las instituciones suyas. Ser paciente, y esperar los debidos procesos electorales y tener conciencia si algo les queda. Pero querer interrumpir una legislación, votada por si mismo, además de ser antidemocráticos, puede convertirse en arma de doble filo. La humanidad desde sus inicios se organizó creando normas, patrones de conductas en las instituciones para vivir como sociedad civilizada, en cambio cuando se quiere quebrantar o violentar esas normas es aquí cuando nace el desasosiego de las familias.
El interés económico para el sistema actual, está por encima de la condición humana. Está más que comprobado, sólo dar un vistazo a los países en conflictos ya citada anteriormente. Nos incitan al conflicto, nos venden las armas con las que nos matamos nosotros mismos y nos endeudan política y socialmente hablando, mientras las consecuencias negativas luego las sufriremos como hermanos. Es una herencia nefasta de las que pocos países se han librado.
Recapacitemos: ¿merece la pena montarse en un barco sin rumbo, sin medir las consecuencias, hacer lucha sin propósito?
Se puede naufragar con destinos claros, pero un símil de lo que puede ocurrir es lo que vive hoy en día Libia, Túnez y Siria.
¿Quién le quita el dolor a las familias que siguen perdiendo sus seres queridos?
¿Quién lo hace volver a sus tierras, el único lugar donde no los tratan como extranjeros?
Y, sobre todo, ¿quién será que unirá nuevamente esos pueblos?
Esta tragedia es un verdadero crimen de guerra que tienen que pagar los principales causantes de este éxodo.
Madrid - España
Edwin Pineda Carrasco.
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